domingo, 1 de mayo de 2011

Siempre he sido una de esas personas que lo entregan todo, sin pensar en las consecuencias. Alguien que se deja llevar por sus sentimientos sin pensar de forma racional lo lejos que estos pueden llevarle. Quizás por eso, pese a lo que disfruto de la sensación que me provoca escuchar tu voz, me asusta tanto. Porque veo algo en ti, esa chispa diferente, una magia que me lleva, que me trae, que me hace olvidar aquella promesa que me hice hace meses, el '' no sientas nada'' . ¿Cómo no voy a sentir un volcán en mi pecho, cada vez que sonríes?¿Cómo me las apaño para no echarte de menos, para no pensarte cada hora, para no imaginar lo que estás haciendo, para no desear que estés pensando en mí? Quizás esté yendo demasiado lejos, y me equivoque. Pero no me importa, nada en absoluto. El miedo es lo que hace interesante la vida. El arriesgarse, es el jugo de la adrenalina, que corre por mis venas, cada vez que me besas. Y sí, puede que caiga. Pero no será porque huí antes de intentarlo.

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