miércoles, 13 de julio de 2011

Cosas que jamás te diría.

Hay cosas que jamás sería capaz de decirte en voz alta, mirándote a los ojos. Por ejemplo :
Me encanta la forma en la que se arquea tu espalda cuando caminas, me hace sentir que si pasase un terremoto sobre tí, saldrías ganando. O cuando el Sol incide directamente en tus ojos y cambian de marrón oscuro a un color miel clarito, rodeado de pepitas más oscuras, como los de un tigre. Y cuándo tus manos se llenan de pintura y al acariciar mi piel , me arañas, pero es un arañazo que no duele, si no que más bien, hace cosquillas. Cuando estás concentrado en la pared que tienes enfrente y cambias por completo, te haces más mayor, más maduro, más adulto, se te endurecen las facciones y se te cuadran los hombros, y te haces grande, muy grande. Ese placer que  produce escucharte decirme ''para, por favor'' cuándo tu boca se invierte en esa mueca pícara y divertida, que se me clava a fuego lento en las retinas. Cuando tus manos me recorren entera y me hacen estremecerme, aunque ni siquiera lo notes. Esa forma en la que simplemente porque sí, me das un beso en el pelo y luego sonríes como un niño pequeño. Y tu sonrisa, por supuesto. Esa sonrisa, que me tiene estúpida perdida. Como una imbécil, sonríes y me tengo que unir a tu sonrisa, porque es como un imán, como el Norte de mi Sur, es imposible resistirse a ese veneno que tiene tu boca, no sólo tu sonrisa, porque en sí, tú eres como una droga peligrosa, que cuándo te quieres dar cuenta , estás enganchada sin remedio. Me gusta cuando llegas tarde y te tocas el pelo, como queriendo disculparte sin hacerlo realmente. La forma en la que la rabia te transforma haciéndote un animal, que no me asusta en absoluto, si no que más bien me provoca cierta admiración, por ese aguante, aunque por dentro bullas de rabia. Y cuando tienes algún comentario sarcástico de esos que se ganan algún tortazo por mi parte. Esos me encantan. Cuando me pones una de esas canciones que no he escuchado en la vida y la tarareas bajito contra mi oido, y así, consigo entenderla mejor. La forma en la que te colocas la camiseta al levantarte, evitando que se te quede pegada a ese final de espalda que tienes, y que tanto me (nos) gusta. Al jugar con Sira, que te transformas otra vez, en un niño, en un auténtico enano que disfruta haciendo el tonto constantemente. Me gusta escuchar el sonido de tus carcajadas explotando en mi mente, y cuándo con cara del gato de shreck prometes venganza. Cuando te pones a improvisar rimas sin sentido y acaba saliendo una auténtica obra de arte. Al enseñarme tus inicios en la calle, esa chispa de ilusión que aparece en tu mirada, que no tiene ni una lejana comparación con nada que haya visto nunca.Y por encima de todas estas cosas...Esos lunares que te decoran la espalda, que son un universo nuevo, una galaxia entera, que quisiera explorar poro a poro, acariciándote hasta que te desgastases.
 La forma en la que haces que todo se haga más sencillo, con esa filosofía tuya de que los problemas sean simples anécdotas, cositas que contar mientras caminamos hacia ninguna parte.
Esas son algunas de las cosas que jamás te diría. Otras ni siquiera soy capaz de escribirlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario