Las drogas y el alcohol suelen ser los mejores amigos de aquél que necesita un poco de adrenalina. Pero los que consiguen colocarse sin necesidad de ellos, son los que tienen un poder que va más allá de lo comprensible, en esta juventud que nos toca... Y joder, yo me paso el día colocada, pero por tu culpa. Eres como una droga, un chute de energía, de alegría, de magia, de pasión, de comprensión, de cariño...Me faltarían palabras para poder describir lo que siento cuándo te miro a los ojos, y sé que estamos pensando la misma tontería, por como se ilumina tu mirada. Y sí, digo SIENTO. ¿Qué más da? A la mierda las barreras, a la mierda los muros, a la mierda con todo eso. Me hirieron una vez. ¿Y qué? Confío en ti. Me has demostrado que estás ahí. A tu manera, a tu forma, como tú eres. Y eso me encanta.
Puede que me haya vuelto loca del todo, pero no se está tan mal aquí... No tengo ni miedos, ni dudas. Yo me llamo libertad y tu sonrisa es suficiente para despejarme la mente. Sé, que con una sóla de esas, tengo para ser feliz por lo menos tres días. Me sale barato este vicio. Y es que ahora, soy adicta a ti.

Me faltan las palabras para poder describirte. Poquito a poco, voy entrando en tus secretos, haciéndome un hueco en tu interior. Quiero que me hables, que dejes tu mente fluir, que tu interior sea claro para mí. Saber tu comida favorita, lo que te asusta y aquello que te encanta. Tu canción favorita, o el mejor momento de tu vida. Quiero saber el peor, cuándo sentías que todo era una mierda y el momento en el que saliste de allí. Tus viajes, tus locuras, tus tonterías. Todo. Quiero saberlo todo. Absorberlo como una esponja, y meterlo en mi mente.

Todo de ti.

Siempre he sido una de esas personas que lo entregan todo, sin pensar en las consecuencias. Alguien que se deja llevar por sus sentimientos sin pensar de forma racional lo lejos que estos pueden llevarle. Quizás por eso, pese a lo que disfruto de la sensación que me provoca escuchar tu voz, me asusta tanto. Porque veo algo en ti, esa chispa diferente, una magia que me lleva, que me trae, que me hace olvidar aquella promesa que me hice hace meses, el '' no sientas nada'' . ¿Cómo no voy a sentir un volcán en mi pecho, cada vez que sonríes?¿Cómo me las apaño para no echarte de menos, para no pensarte cada hora, para no imaginar lo que estás haciendo, para no desear que estés pensando en mí? Quizás esté yendo demasiado lejos, y me equivoque. Pero no me importa, nada en absoluto. El miedo es lo que hace interesante la vida. El arriesgarse, es el jugo de la adrenalina, que corre por mis venas, cada vez que me besas. Y sí, puede que caiga. Pero no será porque huí antes de intentarlo.

Junto a ti.

Vivir es soñar, es arriesgarse, es creer en tus sueños, es crear mundos fantásticos, es ver como un niño cae, y se levanta, sin hacer apenas ruido. Es luchar con la razón dejando de lado los puños, es conquistar los miedos, es superar los obstáculos, es emborracharse y saber parar a tiempo, es imprimir cientos de caricias a miles de desconocidos. Es aprender a escuchar, a defenderte, a atacar, a comer y a ser comido, a despertarse de buen humor, a preparar café para dos, a cocinar grandes cuentos en pequeños moldes. Es encontrar en una pared un motivo para sonreír, es acortar la falda, y abrirte ese botón del escote, es peinarte demasiado, es maquillarte las mejillas, es ruborizarte con el primer beso. Vivir es encontrar la magia, hacer el amor, follar o echar un polvo, es empotrarte contra la pared , es sentir un calor irrefrenable, es meterte las manos bajo los muslos cuando hace frío, es bailar a medianoche, es cerrar el paraguas bajo la lluvia, es regalar besos a quién se los merece, es perdonar a aquellos que te hicieron sufrir. Es conseguir amistades eternas, otras no tanto, es remendar recuerdos en un baúl, es disfrutar del fútbol, es inventarte las letras en inglés, es copiar los deberes en clase, es decir lo que no debemos, o lo que debemos sin tener en cuenta las consecuencias. Vivir es olvidar aquello que nos hizo sufrir, y no tener miedo a enfrentarnos de nuevo a la vida. Vivir es querer, amar, odiar, llorar, sangrar, sonreír, picar, sonrojar, besar...Vivir es muchas cosas pero quiero todas a tu lado.

La locura que me produces, es más sana que el oxígeno.

Ahora que ya te tengo te necesito más . Necesito tus abrazos y esos besos que me das. Despertar y pensar que te tengo es increíble. Si tengo frío tú me haces de abrigo. Tú me haces sentir querida. Derrites el hielo con el tacto de tus labios. Me haces alcanzar el cielo. Soy esclava de tus ojos y de tu mirada. Si estás conmigo ya no necesito nada. Está lloviendo en una noche fría. Sólo necesito música, un beso y tu compañía. Estuve mucho tiempo sola, de bar en bar, de lugar en lugar, jugar a ser un vulgar juglar no me ayudó

Por eso lo escribo y lo digo lo mejor que me ha pasado es haberte conocido.

Sin saber cómo, le tengo agarrado al corazón, a las entrañas. Le tengo comiéndome los pensamientos, y anidando en mi mente. Le tengo en mi boca, le tengo acariciando mis manos, le tengo por todas partes.
Y me encanta esa maldita sensación. Me encanta porque es él quién la crea.

Estoy despierta y fuera amanece. Parece mentira, que la claridad del Sol me pille de nuevo, cosiendo corazones en el techo. No pensaba que fuese posible, que volviese a ocurrirme algo así. Que llegase esa persona, ese ÉL, que me hiciera ilusionarme, volverme tonta, e irresponsable, inmadura e irracional, y que me llenase el día de sonrisas sin control, de suspiros escurridizos, de sueños a la luz de su mirada. Una sensación fuerte, la que me recorre ahora el cuerpo. Desde que llegó, como por casualidad, cuando ya no buscas esa fuerza porque simplemente has creído perderla...apareció. Y es que desde su perspectiva el mundo es tan diferente. Tan lleno de lucha y de coraje, de miedo y de besos. Muchos besos. Confesarlo sería jugar con un fuego que podría acabar quemándome, pero...¡Joder! Me encanta. Su forma de andar, de mirarme, de sonreír. Sus palabras, las canciones de su móvil, las locuras que se inventa, el calor de su cuerpo, y su cámara a pilas. 

Y es que si tengo que caer, lo haré. Sin esconderme detrás del miedo.